miércoles, 19 de noviembre de 2014

Las palabras correctas.


Estaba pensando en escribirte una carta, pero me quede sin ideas. Las ideas son representaciones mentales. La mente es la que hace capaz el entendimiento. El entendimiento tiene su base en el pensamiento. Pensar es la acción que realizó acerca de ti todos los días. Un día tiene 24 horas. Una hora tiene 60 minutos. Un minuto 60 segundos. Los segundos son una unidad de medida en física. La física es una ciencia. La ciencia es el conjunto de conocimientos estructurados sistemáticamente. Un sistema es la forma de acomodar algo de manera funcional. Funcionamiento se divide en siete sílabas. La gramática estudia las sílabas. Estudiar es lo que no puedo hacer por falta de concentración. La concentración me la quitas tú. Tú eres lo que más me gusta. Gusto se define como una acción. Besar también. Besar es un verbo y la acción es besarte. Té es una bebida. Existen miles de tipos de bebidas. Mil es un número. El número más grande es infinito. Infinito es mi gusto por ti. 

sábado, 31 de mayo de 2014

Cólico.

          Casualidad.
Me duelen los días así. Pienso en todo lo que he perdido y en lo que perderé. Pienso en cuán feliz hubiese sido si no hubiese cometido errores. Pero lo hice.
Me duele la idea de no ser quien me imaginé ser 10 años atrás, pero me duele aún más la idea de no ser quien me imagino 10 años después, pues creo estar desperdiciando mi vida; no encuentro consuelo en tantos libros, café y recuerdos. Objeto que no hay por qué seguir adelante, me encuentro triste y sin solución, observando como vuela el tiempo y como las lágrimas fluyen. Me asusta la idea equivoca de que permaneceré siempre en ese estado, tan depresivo, tan sombrío. Arrastro la melancolía antigua y la traigo a mi presente aún más basura. Y llega entonces ese momento a mi vida en el que me siento vacía, rota y  desolada, y casualmente le pregunto, como de paso, a quien tengo a mi lado: "¿Alguna vez te han causado tanto dolor que no encuentras cómo reacomodar tus piezas?" Y no hay respuesta. Nunca hay respuesta, sólo la dulzona melancolía de un recuerdo fugaz, rostros tristes y absortos, con mil penas, grandes y pequeñas.
La vida va perdiendo vida y se convierte en confusión, una tras otra las horas pasan perdiendo cavidad en el espacio como horas, son lamentos atrapados en un minutero de muñeca.
Y entonces viene a mí una oleada de paz repentina, pues he llorado hasta vaciar la corrompida melancolía y ésta se convierte en un gozo momentaneo, dando entrada a la deprimente alegría que, como de paso, viene y saluda de vez en cuando.

jueves, 3 de abril de 2014

Pusilánime.

               ORIGEN. 


      Me siento muy irritada. Estoy cansada, estresada y no tengo ganas de nada. Ni de hablar, y así me la paso días, semanas y sucesivamente; no me siento yo misma, ni siquiera viva. 

      No sabes lo que es ser yo, el trabajo que cuesta, no puedes entenderme, nadie puede hacerlo. Porque ni yo misma sé lo que es ser yo. Duele, todo el tiempo duele. Hay una revolución muy grande en mi cabeza y se extiende y se expande y me mata, me mata lentamente, me hace menos, me agobia, me acribilla. No me entiendo, no la entiendo, no te entiendo. Estoy perdida, desolada, pusilánime. 

     No siento nada, estoy apagada, no brillo, no me enciendo. Estoy amargada.
     No estoy contenta, no estoy triste, no estoy viva, no estoy yo. Estoy melancólica.

     Y así me quedo, fría, sin ánimos, llena de pánico. Y con exámenes y calificaciones terribles, y problemas y mentes hermosas. Estoy confundida, no participo en mi propia vida, soy un alma triste, no sonrío, sonrío por compromiso, quiero verme feliz, quiero verme llorar, quiero verme gritar, y caer, y subir y bajar, y morir, y vivir, y saltar a un vacío para luego llenarme. 

      ¿Cómo alguien podría amar algo tan podrido? Estoy podrida, vacía, amarga, torpe, descontrolada, triste, por los suelos, condenada, pusilánime. 

      No me gusta la monotonía y ésta ha invadido mi vida, mis palabras ya no son palabras. Son balbuceos torpes. Mis amigos ya no son amigos. Son conocidos. El amor ya no es amor. Es pasatiempo. La vida ya no es vida. Es parásito. Yo ya no soy yo. Soy dolor. 

      Soy tan pusilánime que la vida me cuesta trabajo, el amor me cuesta la vida, la amistad me cuesta el trabajo, la arrogancia me cuesta todo. Y me pudro en melancolía, y me pudro en amargura, y me pudro en sarcasmos, y me pudro en risas falsas. 

      Y me muero, muero, muero, muero; y me ahogo, ahogo, ahogo, ahogo. Y así sucesivamente hasta que ya no exista ni mi sombra y nadie me recuerde. O me recuerden. Por ser tan depresiva y oxidada, y oscura y estar tan gris. Y hay gente que afirma haber colores después del grisáceo opaco pero yo no lo he visto, no reconozco colores, no reconozco amor, el amor es el color. Y eso me falta. Me falta amor, amor, amor, amor. Y me voy apagando, y me voy enfriando, y me voy entiesando, y estática quedaré en el llanto hallado en mis ojos.  

    

lunes, 31 de marzo de 2014

Nada.

  -No pienso claramente en como me siento, sólo sé que me hace sentir de lo peor. Ella no tiene idea cuán dependiente soy y no sabe cuánto la amo y jamás lo sabrá por que ella no es yo.
Ella no pierde la calma cuando me ve, ella no pierde la cabeza pensando en mí, ella está allá siendo feliz con alguien más, ¿y dónde quedo yo?, ¿dónde queda todo mi amor por ella? En la nada, sólo en la nada caben. Y ahí seguirán. 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Dependencia obsesiva.

                            Muerte lenta. 

   Ha pasado mucho tiempo desde que estuve realmente feliz, creo que la última vez que fui tan feliz fue cuando estaba con él y entonces me imagino cientos de mundos en donde sólo importo yo y que la gente que me rodea no es tan importante en mi vida, pero vuelvo a la realidad y estoy ahí y el miedo e incertidumbre de estar sola me invaden, no lo quiero.

    Tengo que estar con alguien para ser feliz, ya sean amigos o una pareja, mi familia no me hace sentir bien, ni llena, ni plena, ni satisfecha. Me desilusiona el saber que jamás lo harán; bueno, de hecho, mi hermana lo hace, ella es mi única cómplice. 

    Es porque yo nunca tuve amor, en mi infancia no tuve amor y ahora, con varios años encima me resuena el golpe palpitante de mi propia alma en pena, aún en vida me siento muerta y solitaria, y torpe, y fea, sentirme fea me hace tan mal; siento que jamás voy a gustarle a nadie y que me quedaré sola y moriré en el olvido. 

    Tengo tendencia a la psicósis, y al miedo a la soledad; siempre tan nerviosa y moribunda me pudro por dentro mientras en mi rostro se reflejan sonrisas que no siento verdaderamente. Y temo, temo por todo y por nada.

    A menudo pienso que el suicidio es la única salida y luego por destellos, pequeños momentos, flashasos o lo que sea, recuerdo que la vida es un poco maravillosa, que hay recuerdos que valen la pena y que algún día todo mejorará. (Pero no lo hace).

          <<"La vida sigue">>

    <<"La vida sigue -dicen-, 
       pero no siempre es verdad.
       A veces la vida no sigue.
       A veces sólo pasan los días">>

     No entiendo cómo es que el tiempo pasa tan rápido y a la vez tan lento, siento que muero a cada segundo pero así, igualmente, vuelvo a nacer. Cada ser humano vuelve a nacer a cada segundo, a cada respiro.  ¡Y que cosa más extraordinaria! Y aún así me hundo en la inmensurable tristeza de mi vida. 

     ¿Pero, qué sería de la vida sin la tristeza? Si no existiese tal sentimiento el ser humano no sabría vivir. Sólo quiero que no me olviden, no estar sola, no quiero estar sola. <<No quiero>>

     Han tomado mi mano, y mi corazón y me los han roto. Y ahora, la sensibilidad me acompaña pero me sofoco en amargura y desolación. No distingo la realidad porque siempre estoy viviendo entre sueños.
Vacía y medio rota espero mi lenta consumación de éste mundo a uno espiritual, pero la espera es larga y mientras, espero muero de manera desquiciada repitiendo los errores que siempre he temido repetir. 

<<"Miedo de hacer dos veces lo mismo.
  Miedo de hacer dos veces lo mismo.">> 

     Pero a lo que más le temo es a la soledad. ¡Maldita soledad! 


             (...)

lunes, 3 de marzo de 2014

Dos.

                    Insano.
                     
                        No sé cómo sentirme en relación a él, a veces siento que es un ser nacido para estar a mi lado y otras veces, simplemente soy un rostro pálido sin alma sólida ante sus ojos. 

          No lo conozco, ¿o sí? no sé, no me interesa conocerle y si ya le conozco me da igual, porque me estrésa, porque le odio, porque al mismo tiempo le tengo un enorme amor, pero igual no me importa porque no existo, para él no existo. Me ha visto sí, pero... ¿me ha notado?, ¿me ha observado con detenimiento?, ¿sabe que tengo un corazón latente por él?, ¿que espera por su amor? Y así, en las penumbras de mi soledad, me pregunto una y otra vez, ¿por qué busco amor tan desesperadamente?, ¿por qué no puedo dejar de sentirme tan sola? Y después, caigo rendida delante de un profundo sueño "reparador". 

         Al día siguiente me levanto, somnolienta y agresiva repito la misma rutina de cada día; esa rutina que me mata lentamente, esa rutina que hace monótona mi triste vida y pasan por mi mente cientos de pensamientos suicidas. Pienso en como los demás serían más felices sin mí y me invade una profunda tristeza y estoy así por días pasando en ocasiones las noches en vela, llorando sola. Pero otros días me siento increíble, feliz, viva y a pesar de que no dure mucho se siente bien.

         No dejo de pensar en porque él no me presta la misma atención que yo le presto, es extraño. Quisiera dejar de pensar en él, realmente no me interesa tanto... es sólo el sentimiento caprichoso de tenerlo y que nadie más lo tenga y siempre me pasa, mientras más tengo es más lo que quiero y aunque tenga, me siento vacía. ¿Es que siempre estoy vacía?, ¿por qué siempre quiero más? Es de lo más gracioso, lo que siempre quiero es lo que más me duele. No tengo el corazón roto, tengo el alma vacía. 
  
        Jamás me mataría por amor, o por una estupidez. De hecho, jamás me mataría. No soy estúpida, sólo soy descontrolada, agresiva, suspicaz, rota. ¿Rota? Rota es la palabra que mejor me describe, fría y rota.     

        Quisiera amar realmente y entregarme de lleno, pero me es difícil, no sé cómo amar, siempre termino alejando a aquellos que me quieren, no sé porque. Se siente muy triste estar entre tantas parejas "felices" y estar tú tan solo. No sé que haré, ya no sé que sentir o que hacer, quizá no estoy diseñada para amar, ni para que me amen y él... ¡Él es tan inalcanzable! Y es que ni siquiera me interesa gustarle porque sólo con mirarle me siento bien.         

sábado, 1 de marzo de 2014

Atracción fatal.

 
                       
               No me preguntes.
            Jamás he sido una persona "normal", eso me han dicho siempre... pero, ¿qué es "normal"? Muchos dicen que lo "normal" es lo correcto, lo que siempre se practica, a lo que se está acostumbrado y esas cosas, yo no sé, nunca he sido alguien que siga al pie de la letra las reglas. 

      Me han preguntado acerca del dolor, yo no siento dolor. El sentir dolor no es algo que me importe, me es indiferente todo ese asunto o mejor dicho, me era...

              

                      Ella dice mentiras. 

      No me parecía intrigante, más bien me parecía perfectamente proporcional a mis defectos, pero me temo que ella era muy distinta de mis expectativas, salía con engreídos que sólo querían pasar la noche con ella; decía no sentir nada, ni dolor, ni odio y mucho menos amor, que jamás había amado; jamás había amado a nada ni a nadie. Lo que más me atraía de ella era su sencilla manera de hacer que todo pareciera fácil. O como hacía que lo incorrecto fuera correcto, pero al mismo tiempo me destrozaba el saber que ella se sentía nada, el saber que ella creía que su cuerpo sólo era un aparato que todos los demás podían usar, el como su alma se sentía tan lejos de estar dentro de su cuerpo, era un ser frío y solitario, un ser sin alma, y aun así no podía sacarla de mi mente; sé que realmente el amor no existe, sé que es una mezcla de hormonas y que sólo somos seres que nacieron y están destinados a procrear, lo sé; pero juro que lo que sentía en esos momentos era algo que no había sentido antes, era como una atracción fatal. 

      Un día la invité a mi casa y accedió, estaba muy nervioso pero ella me daba una confianza que me dejaba absorto y sin habla, y entorpecido. Sentí la enorme necesidad de tomarla entre mis brazos y decirle que la protegería y que haría que su alma regresase a su cuerpo, y que la intoxicaría de pasión y placer, y amor, amor que nunca antes había sentido, pero ella se adelantó y me besó, y comenzamos a desgarrarnos el vestido y aventamos el calzado y sólo eramos nosotros dos en toda la galaxia, y el tenerla me hizo bien, me sentí pleno, a pesar de que ella seguía siendo ese títere inhumano, entonces le susurré al oído que ella era mi ser de luz oscurecida y que yo la haría amar de nuevo, y que estaría protegida en mis brazos, que no dejaría que su luz se apagara, que su verdor se extinguiera, no lo permitiría; ella me sonrió y me dijo: "Yo ya me he apagado hace un largo tiempo", comencé a llorar, una increíble rabia apareció en mi interior y le dije que estaba loca, que era una idiota, que por qué no se daba cuenta de que yo la amaba y, así, de nuevo y explotando en una rabia feroz, la tome entre mis brazos, la besé dulcemente, le dije que le amaba y suavemente la asesiné. Al día siguiente escribí un poema, lo leí frente a mi clase y me suicidé. 

      Sólo en el paraíso podíamos ser felices, y fue ahí donde mis mayores pesadillas se hicieron realidad, el ser sin alma me arrastró hacia las tinieblas y me ahogó en una inmensa oscuridad llena de amargura y depresión, una amargura tan grande que todas las almas susurrantes, que se encontraban atrapadas ahí, soltaban quejidos espantosos. Pero yo escogí ese destino, al escogerla a ella, lo peor es que yo no la escogí, sino mi traviesa consciencia que me dictaba ayudarla.