miércoles, 19 de marzo de 2014

Dependencia obsesiva.

                            Muerte lenta. 

   Ha pasado mucho tiempo desde que estuve realmente feliz, creo que la última vez que fui tan feliz fue cuando estaba con él y entonces me imagino cientos de mundos en donde sólo importo yo y que la gente que me rodea no es tan importante en mi vida, pero vuelvo a la realidad y estoy ahí y el miedo e incertidumbre de estar sola me invaden, no lo quiero.

    Tengo que estar con alguien para ser feliz, ya sean amigos o una pareja, mi familia no me hace sentir bien, ni llena, ni plena, ni satisfecha. Me desilusiona el saber que jamás lo harán; bueno, de hecho, mi hermana lo hace, ella es mi única cómplice. 

    Es porque yo nunca tuve amor, en mi infancia no tuve amor y ahora, con varios años encima me resuena el golpe palpitante de mi propia alma en pena, aún en vida me siento muerta y solitaria, y torpe, y fea, sentirme fea me hace tan mal; siento que jamás voy a gustarle a nadie y que me quedaré sola y moriré en el olvido. 

    Tengo tendencia a la psicósis, y al miedo a la soledad; siempre tan nerviosa y moribunda me pudro por dentro mientras en mi rostro se reflejan sonrisas que no siento verdaderamente. Y temo, temo por todo y por nada.

    A menudo pienso que el suicidio es la única salida y luego por destellos, pequeños momentos, flashasos o lo que sea, recuerdo que la vida es un poco maravillosa, que hay recuerdos que valen la pena y que algún día todo mejorará. (Pero no lo hace).

          <<"La vida sigue">>

    <<"La vida sigue -dicen-, 
       pero no siempre es verdad.
       A veces la vida no sigue.
       A veces sólo pasan los días">>

     No entiendo cómo es que el tiempo pasa tan rápido y a la vez tan lento, siento que muero a cada segundo pero así, igualmente, vuelvo a nacer. Cada ser humano vuelve a nacer a cada segundo, a cada respiro.  ¡Y que cosa más extraordinaria! Y aún así me hundo en la inmensurable tristeza de mi vida. 

     ¿Pero, qué sería de la vida sin la tristeza? Si no existiese tal sentimiento el ser humano no sabría vivir. Sólo quiero que no me olviden, no estar sola, no quiero estar sola. <<No quiero>>

     Han tomado mi mano, y mi corazón y me los han roto. Y ahora, la sensibilidad me acompaña pero me sofoco en amargura y desolación. No distingo la realidad porque siempre estoy viviendo entre sueños.
Vacía y medio rota espero mi lenta consumación de éste mundo a uno espiritual, pero la espera es larga y mientras, espero muero de manera desquiciada repitiendo los errores que siempre he temido repetir. 

<<"Miedo de hacer dos veces lo mismo.
  Miedo de hacer dos veces lo mismo.">> 

     Pero a lo que más le temo es a la soledad. ¡Maldita soledad! 


             (...)

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